(DE 3 A 6 AÑOS)
Llevamos tres meses de curso escolar 2016-2017, se acaba el primer trimestre y de nuevo en Educación Infantil, nos asaltan dudas y nos hacemos preguntas del tipo: “Mi hij@ no pronuncia bien”, “¿Cuándo va a hablar bien?”, “¡No dice la /R/!” “¿Por qué Pedrito habla mejor que mi hij@?” “Su herman@ a su edad ya lo pronunciaba todo”
Antes de intentar dar respuesta a estas dudas, debemos aclarar que cuando hablamos de HABLA o de LENGUAJE no nos referimos a lo mismo, ¡no son sinónimos!
El lenguaje es la capacidad de poder establecer comunicación con uno mismo y con los demás mediante signos y símbolos, ya sean orales o escritos. La adquisición del lenguaje es un proceso paulatino. Los procesos de desarrollo del lenguaje evolucionan y se interrelacionan a medida que avanza el desarrollo evolutivo y global del niñ@. Alrededor de los 6 años el hemisferio izquierdo se hace dominante con relación a la actividad simbólica y puede decirse que a esa edad el lenguaje se consolida.
Está compuesto de reglas sociales comunes que incluyen:
El habla en cambio, es la exteriorización del lenguaje. Es el acto por el que los hablantes utilizan el lenguaje. El habla corresponde a la realización motora del lenguaje y es parte del lenguaje. Además incluye aspectos como:
El aprendizaje del lenguaje oral se realiza de forma natural, gracias a la interacción comunicativa entre el niño y las personas que le rodean. Normalmente, cuando la interacción es correcta, no es necesario nada más para que el niño desarrolle por completo su lenguaje en los aspectos comprensivos, expresivos y de pronunciación. Sabemos que uno de los aprendizajes más importantes que los niñ@s adquieren en sus primeros años de vida es el de la lengua materna. A partir de ella se producen las primeras interacciones sociales, sentándose las bases de futuros y más complejos aprendizajes. (J.L.Gallego, 2003).
Hasta ahora, ningún niño nace y se pone a hablar correctamente. El niño hasta que llega al uso del lenguaje oral, primero va comprendiendo progresivamente los mensajes y se hace entender a través de gestos y acciones, del tono de la voz y de expresiones faciales. Este aprendizaje se realiza sobre todo en el contexto familiar y escolar. Dentro del desarrollo del habla, conocer qué es “normal” y qué no lo es, nos puede ayudar a saber si debemos preocuparnos o si por el contrario, nuestros hij@s están evolucionando por patrones esperados y típicos. Para entender el desarrollo del habla se necesita conocer la cronología de las diferentes etapas por las que pasan los niñ@s. Distintos autores dividen este desarrollo en varias etapas, que no son universales:
Primeramente son sonidos involuntarios. Luego se hacen más conscientes. El balbuceo dura entre 9 y 12 meses. Producen gran cantidad de sonidos y gran variedad, de muchas clases.
Aumento lento de la adquisición de las 50 primeras palabras. En torno a los 2 años, un niñ@ debe tener 50 palabras.
A partir de los 3 años es donde presenciamos grandes avances en el habla de los niñ@s. Aumento repentino y rápido de vocabulario. Aparecen las producciones de dos palabras. Avance importante en el repertorio fonético, aparecen prácticamente todos los fonemas hasta los 4 años. Y desaparecen progresivamente los “procesos de simplificación fonológica” que son operaciones mentales que permiten al niño simplificar el habla, para acercarse paulatinamente a las formas adultas. Por ejemplo a la hora de hablar, los niñ@s progresivamente, se van acercando a la forma adulta: /da/ - /fanda/ - /ufanda/ - /bufanda/
En esta etapa, los niños adquieren la totalidad de los sonidos del abanico consonántico del español. A los 4 – 5 años tienen que tener adquiridos todos los fonemas excepto la /R/ y los grupos con /R/. Prácticamente entre los 6 y 7 años se han adquirido todos los fonemas. No obstante, hay niñ@s que “hablan” perfectamente antes de los 5 años.
En la etapa de Educación Infantil, durante el primer trimestre de cada curso escolar, en muchas ocasiones descubrimos que hay niños que no avanzan por patrones típicos y presentan dificultades de habla-articulación a edades o en etapas en las que ya deberían estar superadas. Es en estos momentos de sospecha, cuando se deben poner en funcionamiento los mecanismos de DETECCIÓN y POSTERIOR INTERVENCIÓN en los RERASOS o en los TRASTORNOS del HABLA. Los profesores de Educación Infantil y Logopedas somos conscientes de la importancia que supone el habla y el lenguaje para el desarrollo del conjunto de las dimensiones infantiles. Por ejemplo, para la adquisición futura de la lectoescritura el niñ@ necesita una maduración completa de los mecanismos que intervienen en el habla, en otras palabras, un niñ@ que pronuncie incorrectamente un fonema, es probable que lo escriba como lo pronuncie. De ahí la importancia de la comunicación entre las familias y el contexto escolar ante la sospecha de cualquier signo de alarma. Los padres juegan un papel importante en la adquisición del lenguaje ya que son los primeros con los que el niño interactúa con más frecuencia y por tanto es en la familia donde los niñ@s se van a iniciar en los procesos de comunicación y socialización que continúan posteriormente en el colegio.
La escuela necesita asumir que el lenguaje es, sin duda, el instrumento de comunicación y de representación por excelencia, un medio fundamental para el desarrollo personal y social del niño/ a y el recurso más poderoso y eficaz para la adquisición de los aprendizajes escolares (J. L. Gallego Ortega, 2003).
Para finalizar y retomando las dudas iniciales, que los niñ@s con 3 años no articulen todo correctamente como un adulto, es normal. Es entre los 3 y los 6 años cuando se arma todo el abanico consonántico del español. De modo que, si un niñ@ no pronuncia la /R/ a los 4 años, está dentro de patrones típicos de desarrollo. No todos los niños pasan por las mismas etapas a la vez, no son etapas universales ya que nos encontramos con niñ@s que vuelan por unas etapas antes que por otras.
Los órganos implicados en el habla deben funcionar adecuadamente. Cualquier dificultad en alguno de los sistemas de fonación, articulación y respiración, daría como resultado un retraso de habla. ¿Qué tipo de causas puede haber? Las dificultades pueden ser por causas funcionales, psicológicas o ambientales. Detrás de una dificultad de habla puede haber una escasa habilidad motora, una falta de discriminación auditiva, tensión muscular o incluso una mala técnica respiratoria. No debemos preocuparnos siempre y cuando estemos hablando de niñ@s que no presenten ningún tipo de dificultad como puede ser un frenillo corto o a una deformidad en el paladar por un uso indiscriminado de chupete o por la no introducción de alimentos sólidos en la dieta. Ojo, en la frase “ya madurará ” a veces se justifica de manera implícita un retraso del habla. Es importante que en las revisiones sistemáticas de los menores se hable con el pediatra sobre el habla y su desarrollo. Se necesita ayuda para saber si un niñ@ solo es inmaduro o si tiene alguna dificultad que requiera la atención de un profesional de la Logopedia.
En conclusión, es de vital importancia ante la sospecha de que nuestros hij@s no se estén desarrollando por parámetros típicos consultar sobre el habla de su hij@ con un pediatra, con un profesional de la Logopedia o con el centro escolar. Y viceversa, es en el contexto escolar y gracias a l@s tutor@s, donde en muchas ocasiones se da la voz de alarma, por ser el centro el lugar donde pasan muchas horas.
Para terminar, mostramos 15 pautas para favorecer y estimular el habla de los niñ@s desde el contexto familiar:
Bárbara Bayón
Logopeda
Recuérdeme